Áreas de intervención

¿Cuándo es conveniente acudir a un psicólogo especialista en la infancia y juventud?

En la infancia y la juventud, se aprenden habilidades básicas, que necesitarán cuando sean adultos.

El niño o adolescente puede tener dificultades en la relación con sus padres, otros niños, profesores, o en el aprendizaje, afectando a su desarrollo.

Si esto está ocurriendo en tu familia, consúltanos y lo resolvemos juntos.

¿Cuándo sé que es un problema y cuándo un problema típico de la edad?

Las rabietas, el miedo a la oscuridad, el no querer separarse de los padres, es normal en ciertas edades. Se convierten en un problema cuando duran más tiempo, con más intensidad de lo esperado y tiene unas consecuencias claras tanto a nivel personal, como escolar y familiar. Habla con nosotros para valorar si es necesario o no un tratamiento.

Entonces, ¿en qué consiste un proceso de evaluación psicológica infantil?

El Departamento de Psicología Clínica de ADAIA es un equipo multidisciplinar que realiza la evaluación de los aspectos cognitivos, aptitudinales, afectivos, emocionales, conductuales y sociales.

Evaluamos teniendo en cuenta todo el entorno del niño, como es la familia, el Centro Escolar y en caso necesario una evaluación médica (por ejemplo por parte del pediatra, del neurólogo, etc.)

¿Cómo lo hacemos?
  • La Primera consulta se realiza con los padres o los tutores del niño para recoger el motivo de consulta, e información del desarrollo del niño o adolescente.
  • La exploración psicológica, consiste en una Evaluación individual Global, para analizar las causas de las dificultades. Si fuese necesario se pedirá la colaboración de otro especialista (neurólogo, psiquiatra, etc.)
  • Paralelamente se recabará información de los distintos profesionales que trabajan en el entorno del niño, como son los profesores y tutores. Coordinación que también se mantendrá, en caso necesario, durante el tratamiento.
  • Finalmente, se realiza una entrevista de devolución, donde se le hace entrega a los padres de un informe psicológico con los resultados y, en caso necesario, asesoramiento del tratamiento a seguir.
Si mi hijo tuviera que asistir a un tratamiento psicológico, ¿en qué consistiría?

A partir de la evaluación previa, la intervención se van a centrar en dotar al niño de aquellas habilidades que necesite para poder adaptarse positivamente a su entorno, asesorar a los padres para ayudarles a modificar en ciertos comportamientos no facilitadores del aprendizaje, y en múltiples ocasiones coordinarse con el Centro Escolar para intercambiar información del niño sobre su evolución, y en caso necesario asesorar sobre los objetivos de intervención.

Dificultades más comunes en el comportamiento

Asesoramiento de padres y profesores.

Los niños y adolescentes no se comportan siempre como sus padres quisieran y cuando los padres no logran cambiar los hábitos de sus hijos, se frustran, se confunden y ya no saben qué hacer”. Desde ADAIA ofrecemos asesoramiento a padres, y también a los profesores, que les ayude a resolver de manera práctica y eficaz los problemas comunes de la infancia.

  • ¿Qué hago cuando le he repetido “veinte veces” que recoja las cosas?
  • ¿Tengo que darle premios si se porta bien?
  • Y el castigo, ¿Cuándo hay que utilizarlo? A veces siento que no hago nada, y otras que me he pasado.
  • Nos tiramos toda la tarde haciendo los deberes, se levanta y no se concentra, ¿Cómo hago para que se centre?
  • ¿Qué hago para que deje que discutir y pelear con otros niños? ¿Y con su hermano/a?
  • No quiere ir al colegio ¿Qué puede estar pasándole?
  • Cuando le decimos que no, se enfada y es imposible que entre en razón, ¿Cómo hago para que me escuche?

Consulta en ADAIA para asesorarte en estas y otras cuestiones en relación al comportamiento de tu hijo.

¿Qué son los problemas de conducta? El niño desobediente.

Los problemas de conducta se caracterizan por comportamientos agresivos, de oposición, de desobediencia, y de desafío hacia las normas o los limites sociales. Les cuesta obtener mejores notas escolares, “chocan“ con sus compañeros y a veces aparecen asociado a otras dificultades como, emocionales, TDAH, la ansiedad…

Algunas señales…
  • Quiere conseguir las cosas a través de la imposición.
  • Desde edades tempranas presenta una tendencia a ser irritable, inquieto, impulsivo, revoltoso.
  • Resuelven los conflictos a través de la agresividad.
  • Tiene pocas relaciones sociales, son evitados por sus compañeros, no les invitan a los cumpleaños, etc.
  • Son desafiantes con las figuras de autoridad: padres, profesores, educadores, etc.
  • Se niegan a cumplir con sus responsabilidades

Consulta con nosotros para, tras una valoración psicológica, poder diferenciar si es “normal”, o interfiere en el funcionamiento familiar, social y académico del niño.

TDAH. El niño inquieto.

El TDAH agrupa un conjunto de conductas que incluyen: un exceso de movimiento, inquietud, falta de atención e impulsividad que el niño no controla. Estos síntomas pueden darse a la vez, o por separado.

Se puede detectar de los 6 años en adelante. Es muy importante detectarlo cuanto antes, pues cuanto antes se trate más fácil será que el niño se adapte a su entorno.

Algunas señales…
  • Presenta dificultades para mantener la atención en algo, es descuidado.
  • Le cuesta estar tranquilo, no puede parar quieto mucho tiempo en su asiento, habla mucho.
  • Se adelanta a hablar antes de que pueda, interrumpe, no puede esperar.
  • Estos comportamientos también suceden tanto en casa como en el colegio. El profesor suele manifestar que se mueve mucho, se distrae en clase, no termina sus tareas.

Transtornos de ansiedad. El niño tenso.

La ansiedad, los miedos y las preocupaciones son experiencias comunes en la infancia y adolescencia. Que un niño tenga miedo a la oscuridad con 3-4 años se considera totalmente normal.

La diferencia está en que los niños y adolescentes con trastornos de ansiedad suelen experimentar un miedo intenso e irracional, preocupación o inquietud que puede durar mucho tiempo y le afecta en su entorno familiar, escolar y social.

Algunas señales…
  • Se queja de dolores o molestias en su cuerpo. Suele quejarse de sudores, mareos, tensión, dolor de tripa, que se ahoga e incluso se siente incómodo con su propia piel “nota cosquillitas”.
  • Se muestra inquieto, se mueve mucho.
  • Le cuesta quedarse dormidos. Se queja de pesadillas.
  • Le cuesta separarse del adulto. Tiene miedo de que no vuelvas a recogerle.
  • Tienen miedo a que le pueda pasar algo malo a él/ ella, pero también a sus padres.
  • Pueden tener algún hábito nervioso como morderse las uñas, tocarse el pelo, presencia de tics.
  • Dice que no quiere ir al colegio u otras actividades a las que solía acudir.
  • Le cuesta concentrarse y se muestran distraído y disperso.
Problemas del estado de ánimo. El niño que no sonríe.

Los niños y adolecentes en ocasiones se muestran irritables, aburridos, cansados, sin ganas, e indecisos.

¿Como diferenciar la tristeza pasajera de la depresión?

El niño o adolescente deprimido está más triste, más a menudo y durante más tiempo. Los padres e incluso profesores suelen referirse como niños enfadados, irritables, que se molestan fácilmente y siempre “están de mal humor”.

Algunas señales…
  • Son frecuentes los lloros.
  • Asegura que le van a pasar cosa malas, y que nunca le saldrá nada bien.
  • Se enfada con facilidad. Coge rabietas. Explosiones de genio.
  • Ha descuidado sus aficiones. Ha perdido el interés por sus cosas. Deja de llamar a sus amigos.
  • Ha cambiado sus hábitos de comida. De repente come menos, o también puede comer más.
  • Cambios en el sueño. Se desvela durante la noche o le cuesta coger el sueño. Incluso puede dormir mucho más que antes, quiere estar todo el rato en la cama.
  • Habla menos que antes.
  • Se siente cansado, y parece estar en “babia”.
  • Dice que no le gusta como hace las cosas.
  • Veo que mi hijo adolescente ha descuidado su imagen corporal. No quiere bañarse, no se arregla.
Superar la separación de mis padres.

Cuando los padres deciden separase, los hijos van a vivir un proceso de duelo, ya que la familia no volverá a vivir junta más y se producirá una ruptura en la estabilidad familiar. Es una decisión que ellos no han elegido, pero que van a vivir. Puede aparecer culpa, sintiendo que ellos han provocado la separación de sus padres, otros pueden encerrarse en sí mismos y mostrarse menos comunicativos, o pueden manifestar comportamientos rebeldes o una bajada del rendimiento escolar. La reacción de cada uno depende de sus características personales y de cómo estén manejando la separación los padres.

Ayudamos al niño a adaptarse a la nueva situación familiar y a los cambios que van a venir, y a los padres a comunicarse en positivo con sus hijos para darles seguridad y evitar que las tensiones entre ellos afecten a sus hijos.

Problemas de alimentación. No quiere engordar. En la infancia: ¿Y si mi hijo no come bien?

Si tu hijo…

  • Rechaza la comida. Parece que nunca tiene hambre. Desde que saco el babero, o empezamos a preparar la mesa, noto su malestar. Llora y rechaza los alimentos.
  • Es muy selectivo. Solo quiere comer lo que ya conoce y le gusta. Es una lucha que pruebe comidas nuevas. Lo rechaza, y no quiere ni probarlo, o se lo mete a la boca, y lo escupe rápidamente. Si le forzamos vomita.
  • Come pero muy lento.
  • Se mete la comida a la boca, pero la deja ahí y no la traga. Hace bola.
  • Vomita en casi todas las comidas.
En la adolescencia:

Los niños desde edades muy tempranas, se preocupan por su apariencia, y han aprendido del mundo adulto que la gordura es fea y a veces ven el peso normal como sobrepeso.

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria no solo son signos de problemas con la comida, sino que son los síntomas de la forman en que la persona afronta los problemas y la vida.

Algunas señales…

A pesar de los diferentes tipos de trastornos, hay algunos aspectos comunes que pueden alertar a la familia.

  • Miedo al sobrepeso que se convierte en el centro de todas las preocupaciones y que perturba el resto de las facetas de su vida.
  • Problemas con la imagen corporal: esta camiseta me aprieta y me marca. Nada me queda bien. Siempre estoy fea…
  • Búsqueda del adelgazamiento para mantener la autoestima.
  • Maneras de pensar muy radicales “para gustar debo estar delgado/a”, “o peso lo que quiero o soy gordo/a”.
  • Obligaciones muy rígidas. Exceso de perfeccionismo.
  • Dificultades en la expresión y gestión de sus emociones. Utilizan la comida u la dieta para dejar de pensar y sentir ciertas emociones como el enfado.
  • Se pesan muchas veces al día.
  • Ejercicio excesivo.
  • Visten ropas muy amplias.
  • Dificultades en el sueño.
  • Se aíslan de sus amigos, familiares y en general de sus seres queridos.
Control de esfínteres. Aún sigue mojando la cama.

Mojar la cama se considera un problema a trabajar, a partir de los cinco años de edad.

¿Como aprenden los niños ir al baño?

La contención de la orina es un proceso que aprenden, y después se vuelve automático. El niño debe conocer las señales que le envía su cuerpo, lo identifica con la sensación de “me hago pis”, y cerrar el esfínter externo hasta llegar al lugar adecuado donde hacer pis.

¿Por qué se hace pis en la cama?

Puede ser la capacidad de la vejiga no sea suficiente.

Tiene dificultades para reconocer las señales y despertarse por las noches.

Por Factores orgánicos, a veces, hay casos en los que existe una enfermedad médica, que conviene descartar.

Factores de aprendizaje: el niño no ha aprendido los hábitos adecuados o hay estresores

¿Qué puedo hacer?
  • Primero, acude al médico para descartar causas orgánicas.
  • Consulta con nosotros, y diseñamos el entrenamiento en el control de esfínteres.

Dificultades en el sueño. El niño con problemas para dormir.

Todos los niños tienen momentos de dificultades para dormir. Depende de cómo actuemos, un episodio aislado, se puede convertir en una alteración importante del sueño. Es clave plantearnos cuál es nuestra reacción cuando el niño se despierta, que obtiene y qué efectos produce en la familia.

Algunas señales…
  • Pesadillas. Sueños con contenido terrorífico para el niño y que suelen ir acompañadas de activación. Al despertar suele recordar lo que ha soñado. Pueden aparecer a cualquier edad más frecuente entre los 3 a los 6 años de edad.
  • Terrores nocturnos. Aparecen en el primer tercio de la noche. El niño está durmiendo, y de repente se sienta bruscamente en la cama gritando. Puede parecer que está despierto, porque hablan, o a veces incluso abren los ojos, pero siguen dormidos. A la mañana siguiente no recuerda el episodio. Los terrores nocturnos aparecen en la edad preescolar, pudiendo mantenerse durante toda la infancia, y desapareciendo en la casi totalidad de los casos en la pubertad. Pueden aparecer o aumentar en momentos de fatiga o tensión emocional.
  • Sonambulismo. Aparece también en el primer tercio de la noche, donde el niño se levanta de la cama durante el sueño. No suelen responder a los intentos de tratar que pare.
  • Resistencia a dormir. Se trata de una dificultad aparente de iniciar el sueño determinada por la resistencia manifiesta a hacerlo o buscando diferentes excusas para evitar acostarse. El niño no sufre ningún trastorno, y son hábitos que hay que abordar de manera conductual.

Problemas sociales. No sabe relacionarse.

Sufren y lo pasan mal o no disfrutan cuando están con otras personas. También hay otros/as que se lo hacen pasar mal a los demás porque los menosprecian, humillan, agreden o amenazan.

Las dificultades sociales se relacionan con baja aceptación, rechazo, ignorancia o aislamiento social por parte de los iguales, problemas emocionales y escolares, y desajustes a nivel psicológico.

Algunas señales…
  • Prefiere no acercarse a los niños.
  • Le cuesta hablar en público, y a veces prefiere callarse “por si mete la pata”.
  • Se avergüenza cuando tiene que expresar lo que siente.
  • Se siente inseguro en el grupo de chicos/as de su edad.
  • Se queda bloqueado. “Me he quedado en blanco”.
  • No sabe cómo defenderse de manera adecuada.
  • Le es difícil arreglárselas cuando le “dan de lado”.
  • Si le piden algo que no quiere no sabe como decir que no.
  • Cuando algo le sale mal se frustra con facilidad “y la paga con los demás”.
  • Le cuesta resolver los problemas que tiene con otros niños. O se calla o actúa con agresividad.
  • Si los demás no hacen lo qué el quiere, explota.
Adicción. Creo que mi hijo consume drogas.

Los padres se enfrentan a un mundo desconocido, con temor a no enterarse del consumo o, en el caso de descubrir que su hijo consume a no saber cómo tratarlo.

Algunas señales…
  • Últimamente ha cambiado su rendimiento escolar.
  • Le cuesta mucho levantarse por las mañanas.
  • No cumple con sus responsabilidades.
  • Tiene cambios de carácter.
  • Se “esconde” de la familia, no quiere saber nada de ella.
  • Está más irritable, y animo decaído, tras el fin de semana.
  • Desaparecen cosas valiosas o dinero de la casa.
  • Come mucho más o mucho menos.
  • Oculta donde va y con quien.
  • Se muestra muy rebelde.
  • Ha cambiado su aspecto físico: ya no se baña, está descuidado.

Área educativa: Lenguaje y desarrollo

Evaluación, diagnostico y tratamiento.

Se entiende por dificultades de aprendizaje cuando un niño muestra un retraso para adquirir habilidades de escucha, habla, lectura, escritura, razonamiento o habilidades matemáticas.

Lo primero que hacemos desde ADAIA es comenzar con un evaluación psicopedagógica para determinar en donde está la dificultad y en qué grado.

¿En qué consiste la evaluación?
  • Se aconseja comenzar con una exploración neurológica y auditiva para descartar un posible déficit.
  • Posteriormente tenemos una primera consulta con los padres donde recogemos información acerca del desarrollo general del niño, actitud de los padres ante su dificultad, cómo perciben el problema, actitud ante el mismo y las soluciones que han intentado poner en práctica.
  • En un segundo paso, realizaremos una exploración psicopedagógica mediante una Evaluación individual Global. Dependerá del caso, pero generalmente se explora:
    • Funcionamiento intelectual
    • Lenguaje. Lectoescritura
    • Memoria y Atención
    • Percepción y Motricidad
    • Funcionamiento emocional y social
  • Paralelamente recabamos información de los distintos profesionales que trabajan en el entorno del niño, como son los profesores y tutores. Coordinación que también se mantendrá, en caso necesario, durante el tratamiento.
  • Finalmente, realizamos una entrevista de devolución, donde entregamos a los padres de un informe psicopatológico que explica los resultados de dicha evolución y asesora, en caso necesario, del proceso de tratamiento a seguir con el niño o adolescente.
Si mi hijo tuviera que asistir a un tratamiento de aprendizaje, ¿En qué consistiría?

A partir de la evaluación previa, la intervención se va a centrar en compensar las dificultades detectadas. Generalmente trabajamos dos veces en semana, para un avance rápido y eficaz en los objetivos.

Informe de capacidad intelectual.

Realizamos una valoración cognitiva con pruebas específicas para determinar el Cociente de Inteligencia.

Hábitos y técnicas de estudio.

Son habituales las consultas de los padres acerca de los hábitos que tienen sus hijos con el estudio.

  • ¿Tengo que estudiar con él?
  • ¿Le ayudo a resumir para que le sea más fácil?
  • Creo que no sabe planificarse y lo deja todo para el ultimo día
  • ¿Puede estudiar con la música puesta?
  • ¿Cuál es el mejor momento para que estudie?
  • ¿Se lo tiene que estudiar todo de memoria?
  • Creo que no sabe que es lo principal de un texto.
  • No se concentra y se dispersa continuamente.
  • Me dice que se queda en blanco en el examen, ¿cómo puedo ayudarle?

En ADAIA asesoramos a padres e hijos sobre Técnicas de estudio y trabajo con el objetivo de estudio sea más sencillo y eficaz, para todos.

Atención y Memoria.
  • Dificultades de atención.
  • Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad.
  • Aprendizaje de técnicas mnemotécnicas.
Lectoescritura.
  • Dificultades para la adquisición y el manejo de la lectura y escritura.
  • Problemas de comprensión lectora.
  • Problemas de velocidad lectora. inadecuada fluidez.
  • Dislexia.
  • Digrafía.
  • Disortografia.
  • Expresión Escrita.
Aritmética.

Dificultad para ejecutar funciones aritméticas, comprender conceptos básicos, y resolver problemas matemáticos.

Logopedia.
  • Trastornos del habla.
  • Estimulación del habla.
  • Trastornos del lenguaje oral.